No eran los Juegos Olímpicos de Río, tampoco el Mundial de Rusia, pero las caras de ilusión de los protagonistas, niños hospitalizados en el Hospital Niño Jesús de Madrid, no tenían nada que envidiar a las de todo gran deportista cuando se enfrenta a una gran competición.
El taller se inició con una breve introducción a la robótica educativa y las posibilidades de programación existentes a través de Scratch. Fue el primer contacto de los niños con sus amigos los robots.
La emoción y la diversión fueron los protagonistas y tras varios partidos de fútbol con más tensión que la final del Mundial disputada en el Estadio Olímpico Luzhniki, le llegó el turno a otras disciplinas como el atletismo (carreras de robots, 100m lisos y obstáculos) o el sumo (competición de robots donde el primero en salir de un área pierde).
Todo salió a pedir de boca, tanto sus familiares, como los niños/as, quedaron encantados con su tarde robótica gracias a una experiencia más que gratificante.